Nuevos protocolos. Nuevas restricciones. Nuevos aprendizajes.
Frente a la pandemia por COVID-19, ocho de cada 10 empresas en Centroamérica y el Caribe se dicen listas para retomar actividades presenciales, pero, según el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), persiste la incertidumbre sobre qué hacer, cómo, dónde y cuándo para que las compañías mantengan la continuidad de sus operaciones sin arriesgar la vida humana o exponerse a una clausura.
Al consultar a las mesas directivas de la región, el Cacif concluye que es necesario entonces recibir orientación y capacitaciones en temas de bioseguridad, mejores sistemas de producción, mercado digital, manejo de limpieza, teletrabajo y atención al cliente antes de que las organizaciones decidan abrir sus puertas al público.
“Por ello decidimos sumarnos al esfuerzo de los países de la región, al intercambio cultural que traerá impactos positivos para todo el continente y sumar con el compromiso de entender a los equipos de trabajo”, afirma Yucari Medellín, CMO y cofundadora de la start-up mexicana apithy, especializada en llevar los programas capacitación al ecosistema digital y que ahora expande sus operaciones hacia Centroamérica y el Caribe para ayudar a las empresas a alinear sus objetivos al mismo know-how.
Esto, precisamente, porque todas las compañías se han visto claramente impactadas por la #NuevaNormalidad y están obteniendo resultados dispares en cuanto a los nuevos esquemas de trabajo, evidenciando la necesidad de avanzar hacia la “economía del conocimiento”, liderar en la incertidumbre y tomar decisiones en eficacia.
Centroamérica y el Caribe: una región digitalizada
De acuerdo con Grupo SearchiN, 58% de las empresas en la zona adoptará el home-office de manera permanente, 56% de los equipos ya trabajan de manera remota hasta cinco días por semana, 66% de los departamentos no cuentan con estadísticas de desempeño y 35% del personal carece de indicaciones claras o protocolos concretos para enfrentar la crisis sanitaria en oficinas, parques industriales y centros corporativos.
Esos indicadores, a decir de Yucari Medellín, representan un reto, pero también muchas oportunidades para la adopción de nuevas prácticas empresariales que tienen que ver con nuestro capital semilla y corazón de las organizaciones: las personas que integran nuestros equipos de trabajo.
“Cada esfuerzo que realicemos como empresa debe ir encaminado a mejorar las maneras y los momentos para formar competencias, valores y capacidades en nuestra gente; solo así vamos a generar seres humanos completos y, por ende, empresas completas”.
Por ello recomienda invertir en equipos y sistemas que permitan evitar problemas tecnológicos o de comunicación; adoptar plataformas de gestión e indicadores de desempeño para autoevaluación y monitoreo; emplear recursos en la capacitación de líderes y personal clave para generar mecanismos de desarrollo; y construir protocolos de sostenibilidad del negocio que fomenten el compromiso de los equipos.
Las personas como motor de las organizaciones
Después de todo, la inversión primordial de las empresas en tiempos de pandemia no fue la compra de herramienta, ampliación de naves industriales o adquisición de equipos de última generación, sino en provocar que las personas desarrollen nuevas habilidades, entre ellas la autogestión (47% de las empresas opina que es la destreza más necesaria en tiempos de pandemia y trabajo remoto), capacidades de organización (44%), competencias de adaptabilidad (40%), conocimientos sobre uso tecnológico (37%), liderazgo de equipos virtuales (35%) y talentos para la comunicación efectiva (32%).
“Es un tema de números donde la capacitación y el e-learning apoyan mucho a que las personas, dentro de las empresas, apoyen a esas mismas empresas en el alcance de objetivos, a hacer cambios de misión o innovaciones de estrategia para construir organizaciones más competitivas, máxime en países latinoamericanos, donde hay muchísima producción e industria”, opina Carlos Blé, CEO y cofundador de apithy.
Por ello es que una fuerza laboral capacitada permitirá mejores resultados, sobretodo cuando tomamos a consideración que la prestación más requerida por las y los colaboradores de la región son oportunidades de crecimiento y formación continua para hacer mejor su trabajo.
“Hay que verlo como un tema de inversión y no de gasto ya que el ser humano no se va depreciando. Si se hace la inversión correcta en la persona, cada vez te va a ir generando más valor y generando sentido de identidad para con tus productos y tus servicios. Con esa mentalidad deben entrar las organizaciones”, considera el experto.
Riqueza cultural para la transformación digital
Y mientras 6 de cada 10 compañías de Centroamérica y el Caribe se están replanteando cuáles son sus activos estrictamente necesarios para garantizar la liquidez, Carlos Blé reitera el compromiso de apithy como un facilitador de la transformación digital que, con sentido de urgencia, de sensatez y de priorización, te permitirá evolucionar tus productos, tus proyectos y tus servicios para competir en el futuro que se avecina.
“apithy es el aliado de las empresas de Centroamérica y el Caribe. Es el aliado que está ahí, de manera continua, apoyándote en la gestión y en la creación de las mejores estrategias para la formación de las personas y en la creación del contenido para hacer una transición mucho más organizada, estructurada y sencilla hacia la industria 4.0”.
Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Puerto Rico somos naciones hermanas y en apithy creemos que la mejor manera de generar valor y cambiar la realidad de la región de todos los estratos es, justamente, apoyando a la educación.
Es por ello que, desde este mes de septiembre, nuestro equipo de trabajo en 6 ciudades de América Latina, 20 colaboradores operando a lo largo del continente y 5 soluciones de negocio para aumentar la productividad de las organizaciones, abre oficialmente su sede regional en Guatemala para sumarnos a los esfuerzos de todos los países de la región que ponemos en alto el orgullo latino con nuestra constancia y compromiso.
“Llegamos a Centroamérica y el Caribe con una ejecución local para darle la importancia debida a la región, para que se sepan atendidos y acompañados como debe ser, pero, además, para generar un intercambio cultural que se va a volcar hacia el lado positivo”.
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