Las escuelas cerradas y la educación a distancia pudieron hacernos cuestionar las capacidades y conocimientos que tenemos como madres y padres de familia.
Y es que, aunque no queramos aceptarlo, muchas veces subestimamos la labor docente y, desde nuestro pedestal imaginario, pudimos llegar a pensar que, con el solo hecho de haber cursado la primaria o la secundaria, ya teníamos los conocimientos que nuestr@s hij@s están aprendiendo y era más que suficiente para guiarles en el camino.
“Qué tiene tu maestra que no tenga yo?”, seguramente se preguntaron 33 millones de madres y padres de familia al inicio de la pandemia por COVID-19, sin embargo, esta nos dio un golpe de realidad cuando nos enfrentamos a la tarea de “convertirnos en maestr@s” de nuestras criaturas en horario 24×7, generándonos sentimientos de ansiedad y frustración ante su ritmo de aprendizaje.
Y es que, por más que busquemos información o miremos videos de YouTube, las madres y padres de familia no vamos a lograr formarnos en un par de semanas como docentes digitales ¡Y eso no tiene nada de malo! De hecho, debemos tener plenamente claro que no podemos (ni debemos) ser las maestras o profesores de las personas a nuestro cargo.
Pero, ¿Qué te parece si te comparto 5 aspectos fundamentales donde sí puedes incidir para mejorar el proceso de educación a distancia de tus hijas e hijos? Mi palabra de maestra de por medio.
1.- Invierte en la construcción de espacios apropiados:
Seguramente tus hijas e hijos no se comportan de la misma manera cuando están en una biblioteca o en el patio de tu casa ¿Cierto? Tampoco cuando están en su cuarto o en una cita médica, y mucho menos cuando van a la feria, miran televisión o te acompañan a la oficina.
Pues eso mismo ocurre cuando se encuentran en el salón de clases: un espacio simbólico donde tus criaturas puedan sentirse en disposición concentrarse.
Te sugiero adaptar un espacio de tu casa con una banca o mesa que sea parecida a un pupitre (trata de no usar la mesa de la cocina o el comedor), disponer los distintos materiales educativos (como colores, mapas, libros, papeletas y posters) en los muros de esa área y reservar el espacio solo para el aprendizaje a fin de distinguirlo de otras áreas a manera de “estudio”.
2.- Disminuye las distracciones mediante un horario fijo:
Otro de los factores a los que están acostumbradas las niñas y niños es que, al menos entre semana, sus actividades escolares les obligaban a cumplir con un horario, mientras que en los sábados y domingos o durante las vacaciones es posible romper con esa rutina y tener acceso a ciertos placeres (como comida diferente y una mayor dosis de entretenimiento).
Mi recomendación: procura tener un horario programado entre semana para que todas las personas de la casa se adapten a hacer tareas en momentos específicos, reduciendo distractores o los impulsos a realizar otras actividades.
Recuerda que, igual que en la escuela, debe haber momentos de esparcimiento y descanso: las y los estudiantes suelen ir a la escuela para que puedan dejar todo a un lado y concentrarse en la enseñanza, sin embargo, a medida que esas líneas desaparecen, es importante trazar la línea entre lo que es el tiempo para aprendizaje y tiempo en el jugar.
3.- Siempre ten presente que no puedes exigirte de más:
Estamos viviendo un momento desconocido, el cual nos mantiene en preocupación permanente por nuestra salud, por el bienestar de nuestros seres queridos, por la situación económica, por la estabilidad de nuestros trabajos, por la continuidad de nuestras empresas, y por el futuro de nuestro país.
Es normal que te encuentres en un estado de tensión y estrés constante, sin embargo, una buena dinámica para que esas emociones no devengan en periodos de irritación es abrir los puentes de comunicación con tus hij@s.
Este es un momento de empatía y las empresas deben entender que, sin la escuela, los niñas y niños estarán en casa, por ende, realiza pequeños descansos de 10 minutos cada dos horas para convivir con tus criaturas, felicitarles por su desempeño y utilizar periódicamente las cinco palabras más importantes del momento: “¿En qué te puedo ayudar?”.
4.- Aprovecha la técnica de la “regulación con pares”:
Tener un grupo de 5, 10 o hasta 45 personas en el salón de clases no es sólo bueno para la socialización, sino que, además, fomenta el control de grupo a partir la llamada “regulación con los pares”, es decir, la importancia de encajar y de ser parte de una sociedad para comportarnos de cierta manera.
Si bien, eso es algo que no tendremos del todo en nuestras casas, te recomendamos que busques espacios digitales en los que tus hij@s puedan convivir y compartir experiencias educativas con sus amistades, moderando un poco la conversación para que puedan surgir dudas y otras maneras de explicar.
Asegúrate de que tus criaturas se sientan empoderadas y cómodas en todo momento, supervisa cómo va la jornada escolar desde el acompañamiento, y ayuda a que se mantengan al día con sus actividades haciendo un check-in, por lo menos, cuatro veces al día (no con la intención de controlar, sino con la intención de conectar con tus hij@s y generar cercanía).
5.- Abandona de una vez el miedo a ser un “mal ejemplo”:
Una de las aparentes desventajas a las que nos enfrentamos día con día como madres y padres de familia es que nos autopresionamos para dar las mejores oportunidades a nuestra criatura y creemos que, para ello, deben estar al 100 por 100 con su educación.
Mi sugerencia es que rompas con esa idea. Con esto no estamos diciendo que no sea importante ¡Claro que es fundamental para la construcción y el desarrollo humano! Pero la academia no lo es todo.
Las dudas y retos que constituye la educación a distancia suponen una gran oportunidad para “sentar en la misma mesa” a las madres y padres con sus hij@s y conversar sobre este tema, alimentar la relación, mostrar el interés adulto en las actividades de la niñez y, sobretodo, hacerles preguntas para aprender CON ell@s.
Esta crisis se está convirtiendo en un espacio para replantear nuestro lugar en el mundo, nuestra misión, nuestro propósito, nuestras prioridades y valores, por lo que debemos darle a a la relación con nuestras criaturas el lugar que merece.
Puede que estos momentos vayan a ser recordados como tiempos difíciles, de crisis, de incertidumbre y de mucho trabajo, pero también puede ser una época en la disfrutaste a tu familia en casa, en que la tus hij@s tuvieron a mamá y papá en horario 24×7, en la que tu familia descubrió otras maneras de jugar, de aprender y de vivir. ¡La elección es tuya!
Sí, la vida académica de tus criaturas es importante, pero no más que la vida espiritual y emocional, y este es un momento clave en el desarrollo de estos otros factores ¡Aprovéchalo!
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