Machismo y sexismo empresarial: Cómo desintoxicar nuestra oficina de violencia vs. las mujeres

Las cosas como son: 11 de cada 100 hombres en las empresas mexicanas violan, acosan u hostigan sexualmente a sus compañeras de trabajo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Entre ellos está Gustavo, que todos los viernes le recuerda a Alejandra lo apretadito que le quedan los pantalones; o el señor Ángel, que regala masajes de pulpo en celo a cada chica nueva; o Roberto, que lleva cuatro meses “ligándose” a Valentina sin que ella le conteste los mensajes; o Don Frankie, que siempre invita a las practicantes por un cafecito “pa’ explicarles el negocio”; y qué decir de Jesús, mandándole rosas a Lucía para disculparse por el beso forzado del jueves.

Todas esas conductas tienen nombre y apellido: violencia sexual, un problema del que muchas empresas son cómplices, pues apenas 465 de las milllones que existen en el país tienen un protocolo para la prevención, atención y sanción del acoso laboral y las agresiones sexuales, aun cuando ya se exige, por ley, desde febrero de 2020.

Pero la negligencia corporativa es apenas la punta del iceberg cuando nos enteramos que existen hombres que pagan menos a las mujeres por hacer el mismo trabajo, que no consideran que ellas puedan entregar resultados desde puestos de liderazgo y que ni siquiera les permiten entrar a la sala de juntas.

“La equidad no se consigue con el simple hecho de que la mitad de nuestra plantilla sean mujeres; tampoco resulta tan sencillo como ‘prohibir la violencia hacia las mujeres’ en el reglamento”, considera Paola Ríos, cofundadora del centro de formación y soluciones de Recursos Humanos, Audiolís, y para quien alcanzar una equidad sustantiva “implica incorporarla en nuestras normativas oficiales, difundirla con el ejemplo y enraizarla en nuestro ADN mediante esfuerzos de capacitación”.

Si bien, 9 de cada 10 personas en México piensa que hombres y mujeres deben tener los mismos derechos y oportunidades, nuestros comportamientos organizacionales revelan que esa opinión es meramente “de dientes para afuera”; por eso aquí te compartimos cuatro formas para detectar el machismo empresarial, el sexismo en el trabajo y desintoxicar nuestras oficinas de violencia contra las mujeres.

1. Perdámosle el miedo a la letra “A” y postulemos vacantes con perspectiva de género

Las personas especializadas en contratación y Recursos Humanos somos bastante selectivas cuando de lenguaje se trata y postulamos vacantes para IngenierOs, CajerOs, CocinerOs, ArquitectOs, EjecutivOs, MédicOs y MecánicOs como si el género masculino abarcara la universalidad bajo el supuesto de que es “neutro”.

Pero, eso sí, hemos aprendido a hacer distinciones cuando necesitamos CultorAs de Belleza, EncargadAs de Lavandería, MaestrAs de Primaria y EnfermerAs de Planta, es decir, todas aquellas profesiones relacionadas con el cuidado, la crianza, la limpieza o la atención estética.

Por ello nos encontramos con que 70.23% de los altos perfiles de puesto en bolsas de empleo como OCC Mundial y Computrabajo están escritos “en masculino”, generando la idea de que ciertos procesos de selección o plazas laborales se diseñaron exclusivamente para varones.

Aprendamos a ser mejores: “Contratemos mujeres en las áreas de trabajo donde donde la presencia femenina esté subrepresentada”, sugiere Paola Ríos, para quien resulta cardinal que implementemos las mejores prácticas para el uso del lenguaje incluyente y no sexista en nuestra comunicación corporativa, tanto interna como externa.

2.- Evitemos las “reuniones de señores” y practiquemos el arte de la escucha activa

Se calcula que los varones hablan hasta 75% más tiempo que las mujeres al momento de deliberar acerca de un tema o tomar decisiones dentro de una reunión de trabajo y planeación estratégica, según concluyen investigaciones de la Universidad de Princeton, que revelan ellos tienden a ser mayoría en los puestos de coordinación.

Después de todo, ellos son tan celosos con sus entradas al “Club de Toby” que, por cada nueve hombres presidiendo mesas ejecutivas, hay apenas una mujer y, por cada siete supervisores, habrá solo tres supervisoras, con lo que la “mentalidad masculina” terminará acaparando el micrófono en cualquier sesión de brainstorming.

Paola Ríos advierte entonces que aumentar la presencia femenina en estos espacios, “traerá perspectivas únicas y útiles al asunto que se discute”, conduciendo a un reparto de recursos económicos y de tareas mucho más estratégico, equilibrado y con sentido que, además, garantiza un retorno sobre la inversión de hasta 428.40%.

Aprendamos a ser mejores: Implementemos las mejores prácticas del Harvard Business Review para dirigir reuniones efectivas en las que participen solo ocho personas, la mitad de ellas mujeres, y a quienes debemos escuchar activamente sobre qué ideas tienen, qué es lo que necesitan, cuáles son sus motivaciones y qué metas proponen.

3.- Dejemos de ascender al compadre e impulsemos equipos de trabajo igualitarios

Los estereotipos han dañado tanto nuestra cosmovisión del mundo laboral que 47.4% de la población en Latinoamérica y el Caribe considera que los hombres son mejores líderes que las mujeres y 41.3% cree que ellos harán un mejor trabajo como ejecutivos empresariales, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

No obstante, #LosDatosDuros prueban que ellas tienen el casi el doble de éxito que los hombres en sus emprendimientos mediante estrategias de empatía e innovación profesional para hacer que sus negocios prosperen con una óptica “más humana”, y eso tiene mucho que ver con que las mujeres perfeccionan su desempeño hasta 103.61% más que los varones a través de la formación continua.

Infortunadamente, los hombres dirigiendo empresas todavía les relegan a tareas estereotipadas y les reducen hasta en 185% las posibilidades de ascender a puestos de decisión, “lo que nos obliga a incorporar la no discriminación en los valores de nuestra marca, generando, además, protocolos de promoción no sexista hasta garantizar y regular la igualdad de oportunidades para toda nuestra gente”.

Aprendamos a ser mejores: Se calcula que 26 de cada 100 mujeres con perfil directivo dejan su empleo porque ya no pueden seguir creciendo, a lo que Paola Ríos sugiere “impulsar distintos tipos de liderazgo y no únicamente los centrados en valores típicamente masculinos, cosa que esta pandemia ha puesto en evidencia como la opción a seguir”.

4.- Capacitemos en cero tolerancia al machismo empresarial y el acoso sexual contra las mujeres

No hay manera de expresar sin rabia que 2 de cada 100 jefes de área condicionan los puestos de trabajo a cambio de sexo, que 2 de cada 100 capataces han despedido a las mujeres indispuestas a quitarse la camiseta y que 2 de cada 100 patrones han tomado represalias en contra de quienes se niegan a lamer algo más que las botas.

Por si no ha quedado clara la magnitud del problema con estas cifras del Inegi, Paola Ríos es contundente al recordar que el acoso y el hostigamiento sexual son DELITOS que se castigan con hasta 98 mil 500 pesos de multa y 30 años de cárcel, lo que nos exige rigor absoluto para tomar medidas de acción, protección y prevención contra el machismo en las empresas de manera OBLIGATORIA, tal y como lo dicta la ley.

“No basta hacer la ‘comunicación pertinente’ a los equipos de trabajo mediante un memorándum: hay que capacitar e invertir en un plan normativo interno, crear Comisiones de Igualdad dentro de las empresas, desarrollar procedimientos de rescición de contrato, integrar canales para realizar denuncias con total confidencialidad, y hasta preparar una batería de preguntas para las entrevistas de trabajo que nos permita detectar perfiles indeseables”.

Aprendamos a ser mejores: La experta en comunicación organizacional recomienda que absolutamente todas las personas de cualquier empresa deben ser capacitadas para ACTUAR en contra de las expresiones de violencia machista, precisamente porque “las mujeres no somos ‘un tema de tantos’; somos PERSONAS y nada tiene mayor prioridad”.

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About Juan Pablo Arredondo Reyes Retana 4 Articles
¡Hola! Permíteme presentarme: Soy coordinador editorial, periodista multiplataforma y estratega en proyectos de Inbound MKT con permanente especialización en Perspectiva de Género y Data Science. Ayudo a las empresas a conectar con sus audiencias digitales y a generar mejores prácticas de negocio con Growth Hacking y Liderazgo Anti-Machista.

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